jueves, noviembre 23, 2006

MALAS CALLES de Martin Scorsese


Dirección: Martin Scorsese.
País: USA.
Año: 1973.
Duración: 110 min.
Interpretes: Robert De Niro, Harvey Keitel, David Proval, Amy Robinson, Richard Romanus, Cesare Danova, Victor Argo, David Carradine.

Distribuida en España por Manga Films.

Si hay algo realmente destacable en la filmografía de Martin Scorsese, es sin duda cómo nos presenta los bajos fondos americanos, con esa mirada tan particular que tiene de definir a los personajes, el ambiente por el que se desenvuelven, y las situaciones límites en las que tienen que manejarse, caracterizados sobretodo como personas duras, problemáticas y violentas. Todo esto hace que adquiera un fuerte grado de dramatismo, que si bien en algunos casos, sólo serviría para edulcorar la personalidad de los protagonistas, en su caso sí que supone una cierta aportación en la caracterización de cada personaje. Normalmente consigue retratar personajes capaces de enriquecer la historia, siempre utilizando como base un conglomerado de personalidades asentadas sobre diferentes grados de complejidad, encajando a la perfección entre ellos, para así formar un tapiz ciertamente interesante.

Nuestra historia esta localizada en el barrio italiano de Nueva York, barrio poblado por una serie de individuos que saben desenvolverse con facilidad en el lado más oscuro de la sociedad. Por una parte tenemos al propietario de un bar de copas donde suelen reunirse todos. A un joven impulsivo, rebelde y con no muchas luces, que tiene multitud de deudas. Al sobrino de un capo de la mafia, que tiene la ambición de poder hacerse cargo de algún negocio que le ceda su tío, con el que poder abrirse paso en el difícil mundo de los negocios, pero cuyo problema es estar relacionado con cierta gente no muy bien considerada por su tío. Y para terminar tenemos al mafioso, dedicado al contrabando y al préstamo de dinero, mostrándose en un principio como un tipo aparentemente duro, pero que más tarde acabará por mostrarse como alguien a tomar no demasiado en serio, incluso ridiculizándole por momentos.




Lo que realmente destaca en Malas calles, es sin duda los personajes, siendo sobretodo en el personaje de Charlie (Harvey Keitel), el centro de casi todo lo que va ocurriendo en la historia, es el único que realmente es tratado en profundidad, mostrándose como alguien que tiene que redimir sus pecados. El habla con Dios, se confiesa, pero la penitencia no será bastante, siendo necesario que su redención sea llevada también fuera de la iglesia, poniendo en entredicho su creencia en Dios, y suponiendo todo esto un fuerte lastre que acabará por acompañarle durante todo el metraje de la película. Charlie quiere pagar por sus pecados, quiere tocar el fuego del infierno -varias veces nos muestra su obsesión por acercar su mano hacia cualquier fuego-, es más, su obsesión por ayudar al inmaduro Johnny Boy (Robert deNiro) demuestra sin duda que necesita redimirse, aunque ello ponga en peligro todo por lo que ha luchado. Charlie demuestra ser débil con respecto al entorno en que se mueve, pues no es capaz de salir de la complicada situación en la que se ve envuelto, donde la relación secreta con su novia epiléptica de la que se intenta librar en varias ocasiones, y a la vez prima de Johnny Boy, al que intenta ayudar, aun sabiendo que va en contra de sus intereses, acabará por ser definitiva en la resolución de los hechos. Tampoco será capaz de librarse de su entorno, del barrio del que no es capaz de salir, y que es en parte el causante de todos sus problemas. Realmente lo que marcará diferencia entre Charlie y los demás personajes es el no ser capaz de librarse de su conciencia, de sus pecados, de sí mismo.



Pese al interés de todo lo dicho anteriormente, quizás lo que hubiera beneficiado a la película positivamente, hubiera sido el darle un mayor peso al entorno donde transcurre la historia, esa riqueza que suelen aportar los lugares donde se va desarrollando la acción, donde va cobrando vida todo, cogiendo cierto protagonismo, bien sea un barrio o una ciudad, y siendo uno más en la historia. De todas formas, y pese a que cuando Scorsese rodó esta película, aun no había obtenido el prestigio que sí que alcanzará con el paso del tiempo, ésta cumple de sobra con las expectativas. Por último destacar dos cosas, una es la forma en que se rodó tan particular, con largos planos y la cámara muy próxima a cada personaje, aunque no siempre con primeros planos. Lo otro es sin duda la banda sonora utilizada, no siguiendo el patrón clásico, sino formada de distintas canciones ya anteriormente compuestas y de cierto éxito, como por ejemplo los rolling stones, cosa que ahora es muy normal, pero que en aquella época fue bastante novedoso.

Pues eso es todo, no es tan buena como la magnifica "Uno de los nuestros", pero si eres de los que tienen interés por los primeros trabajos de ciertos directores, tiene un nivel bastante aceptable.

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