viernes, enero 26, 2007

CRÍTICA: ESTAFADOS de Alex Robinson

Alex Robinson, si por algo se caracteriza, es por retratar de una manera muy natural y sencilla las vivencias cotidianas de personas corrientes. Sus problemas, sus ilusiones, sus esperanzas, sus alegrías, sus tristezas… Cualquier cosa que le puede suceder a cualquiera, en cualquier momento y en cualquier sitio. Hace de lo cotidiano algo interesante. Hace de una historia sencilla algo sustancial en sí mismo.

Todo esto lo trabajó muy bien en su obra Malas ventas, donde la vida de un grupo de personas se interrelacionaban, contándonos sus problemas más cotidianos y hasta los más íntimos. Simplemente historias corrientes de cada día.

Ahora lo vemos y leemos también en la misma línea en este tomo, Estafados, publicado espléndidamente por la Editorial Astiberri, obteniendo el Premio Harvey 2006 al mejor álbum.


De manera intercalada nos cuenta las vidas de 6 personas, diferentes y desconocidas algunas entre sí, pero que son al fin y al cabo simples seres humanos con sus problemas a veces simples y a veces no tanto.

A modo de prólogo nos son presentados Ray, Nick, Phoebe, Steve, Caprice y Lily, para que nos vayamos familiarizando con los personajes protagonistas en un primer y breve vistazo.

A continuación voy a hablar brevemente de cada uno de ellos por separado. Serán sólo unas pinceladas para que sepáis porque derroteros transcurre la narración y sus vidas.

Ray es una estrella del rock, una persona que en su momento estuvo en la cima del mundo, lo tenía todo y todos a sus pies, millonario, excéntrico, capaz de hacer lo que quisiera en el momento que quisiera, pero que, poco a poco, su vida se fue desmoronando, en una caída libre irreversible desde entonces, y donde ya hace años que no cosecha ningún éxito musical y sus relaciones personales son tan frías y huecas como su propio ser interior. Pero todo cambió cuando conoció a Lily, la cuál despertó en él las ansias de vivir y de crear. ¿Verdaderamente la unión de dos personas de forma casual puede producir un efecto tan intenso en ambos que sus vidas pueden dar un giro total de 360º?


Lily se encuentra, de la noche a la mañana, de ser una simple oficinista a ser la secretaria personal de Ray. Esta situación la descoloca porque ve, oye, siente cosas que antes no hubiera podido ni soñar. La vida que lleva Ray es como un sueño que ella nunca hubiera podido imaginar vivirlo. Y no sabe si quiere o no despertar de él. Ella será el catalizador que transforme a Ray en alguien totalmente diferente de lo visto hasta ahora. ¿Podrá ella cambiar y olvidar su vida de antes, así sin más, sólo por un amor que podría ser simplemente un amor idolatrado por ser él quien es?





Nick es el típico padre de familia típicamente americana, que engaña a su mujer con el trabajo que realmente realiza: el de falsificador de firmas de famosos deportistas. Esta forma de ver y ganarse la vida le llevará hacia un círculo vicioso que demostrará, al fin y al cabo quién es realmente. ¿Puede esta actitud fría, calculadora y falsa ante la vida reportarle el “beneficio” que quiere obtener, sin mirar a quien pisotea y a quien arrastra en pos de conseguir ese fin?






Phoebe es la típica chica de pueblo que hace un largo viaje para descubrir sus raíces familiares y conocer al padre que nunca llegó a conocer. Son los típicos problemas familiares, a veces insignificantes y corrientes para unos, y en cambio vitales para otros, donde el amor filial y paternal puede, en un momento dado romper barreras que a veces se elevan sin motivo aparente. ¿Conseguirá ser feliz una vez haya descubierto lo que se esconde detrás de la azarosa vida de su progenitor o a veces sería mejor mirar hacia otro lado y no complicar su vida y la de los demás?





Caprice es una simple camarera de un burguer que intenta ver su vida como un cuento de hadas, y autoconvercerse de que ella no es un patito feo. Además conoce a Phoebe, ya que el padre de esta última es su jefe. Ella es la típica buena chica que a veces puede pecar de ingenuidad, y las cosas son como son y no como uno las querría ver, y en según que momentos, siempre hay que pensar en frío y no en caliente. ¿Podrá llegar a entender ella que a veces la vida es más simple de lo que parece y no hay que llegar a complicársela hasta extremos muchas veces incomprensibles?




Steve es un egocéntrico, egoísta, desquiciado, paranoico, loco perdido, o sea, el típico macho que vive en su propio mundo, con problemas psicológicos por los que toma medicación, y está autoconvencido de que él siempre tiene razón y los demás están totalmente equivocados y son los culpables de todos sus males. Es una persona odiosa, pero que en el fondo transmite lástima porque al fin y al cabo todo radica en la enfermedad que padece, viendo y viviendo la realidad de diferente forma como la ven y la viven los demás. ¿Será capaz de comprender ciertas cosas y evitar que las soluciones a sus problemas no vayan por derroteros que pueden desembocar en tragedia?



Poco a poco las interrelaciones de estos personajes, tan dispares los unos con los otros, confluirán en un punto de unión, en una catarsis dramática, que les llevará a una resolución que será importante en sus vidas, donde a partir de ahí siempre habrá un antes y un después.

A veces uno se pregunta que, aunque esto sea ficción y no está basado en hechos reales, la cotidianidad con que son capaces los autores de representarnos el carácter de los diferentes personajes y las diferentes historias, hace que uno se sienta involucrado en la historia de una forma tan real que piensa que perfectamente todo esto le puede pasar a él mismo. ¿Por qué no? ¿Qué diferencia verdaderamente hay entre una vida de ficción y la cruda realidad, a veces, de la vida misma?

Un saludo cordial.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupendo tebeo. Ha mejorado mucho Alex Robinson desde Malas Ventas. Aquí experimenta menos con la narrativa, pero la historia está mucho mejor entretejida, en Malas Ventas se notaba que iba escribiendo sobre la marcha. Sí sigue en esta línea ascendente, lo próximo que haga Robinson puede ser muy, muy bueno.

EduXavi dijo...

Pienso lo mismo. Alex Robinson se está superando en cada obra que hace. El dibujo cada vez lo va puliendo más. Y me gusta mucho el recurso que utiliza de historias cortas en primera persona que se van intercalando, secuenciadas independientemente unas de las otras, concatenándose en el final que une a todos los personajes.

Raquelita dijo...

nunca abia escuchado ablar de este escritor pero esta historia es muy linda el escribe cosas consentido

EduXavi dijo...

Pues si te ha gustado “Estafados”, te recomiendo encarecidamente que te leas “Malas Ventas“, donde la relación coral entre los diversos protagonistas está descrita de manera magistral. Reales como la vida misma.