viernes, mayo 25, 2007

NUESTRAS DEDICATORIAS DE AUTORES: Luis Durán

Me invade a menudo esa sensación de que, de tan neófita en la materia, de tan recién aterrizada en esta vorágine de cómics, no sólo estoy de ida cuando todos ya están volviendo, sino de que he llegado tarde a todo ese cúmulo de novedades que ahora estoy descubriendo y que me están dejando francamente alucinada.

Para hacer más evidente si cabe el dicho de que más vale tarde que nunca, aquí están las dedicatorias de uno de esos autores que más siento no haber conocido antes, porque sus historias, leídas en determinados momentos de según qué edades pasadas, hubieran curado cualquier herida mejor que el bálsamo de Fierabrás: Luis Durán.



Supongo que debo ser de las pocas personas en el mundo mundial que aún no conocía los trabajos de ese prolífico autor (que el próximo mes publicará en Edicions De Ponent un nuevo título, Volátil). Desde que lo "descubrí" hace apenas cuatro días, como quien dice, quedé enganchada para siempre a esas páginas en blanco y negro (y a las de color también), a la expresividad de sus miradas, a esos silencios mágicos que dicen más que las palabras, a esas atmósferas llenas de poesía...

Sin embargo, antes de llegar a esas historias fantásticas de temática medieval, de piratas, de indios y vaqueros, de cosas que suceden dos veces, de ilusionistas y magos, de ahora y de siempre, Durán había dibujado para fanzines, periódicos y revistas, creando personajes como Perry Masón, del que en Remiendos, de Ediciones El Pregonero, de 1996, podemos ver una recopilación de algunas de sus historietas.



Pero, tras un tiempo sin dedicarse al cómic, se ve que decidió cambiar de registro y hacer algo completamente distinto a lo que había hecho hasta entonces. Dio un giro copernicano a su trayectoria profesional, haciendo un dibujo de tintes expresionistas que casa perfectamente con esos guiones tan extraordinarios a los que nos tiene acostumbrados, esos que recrean universos oníricos, historias vividas por personajes variopintos marcados por el destino, rodeados de un montón de objetos cotidianos a los que se confiere un marcado carácter alegórico e influidos por símbolos que aparecen por doquier, por la retórica de la muerte, de la infancia y de los viajes iniciáticos (“Una vez oí decir que todos los viajes comienzan saliendo de casa. Pero no es cierto. Hay viajes que al igual que los sueños… … comienzan cerrando los ojos.”)

Llega a autoeditarse sus propios cómic-books bajo el sello Mancuso Comics: Solsticio, en 1999; El Vuelo del Caracol, en 2000, y Nabo y El gato sin alas, en 2001, aunque ya en ese año la Editorial Sins Entido le publica Vanidad, por la que obtiene el premio al Autor Revelación del 2001 del Saló del Còmic de Barcelona.


Y a partir de ese momento, como en una carrera de fondo, comienzan a aparecer: La Tierra Negra, de Edicions De Ponent, en 2002; Caminando por las colinas de arena, en 2003, y Álgebra, en 2004, ambas de la Editorial Astiberri; Nuestro Verdadero nombre, de Edicions de Ponent, La ilusión de Overlain y Caballero de Espadas de Planeta DeAgostini, estos tres publicados en 2005, y El Viaje de Gasparetto, de Dolmen Editorial, en 2006; escribe guiones para otros dibujantes (Cruz del Sur, para Raquel Alzate, en 2004), obtiene nuevos premios en el Saló del Còmic de Barcelona: los dos al Mejor Guión, el del 2002 por Atravesado por la flecha, y el del 2003 por Antoine de las tormentas, ambos publicados por Astiberri, y colabora con otros dibujantes de cómic en la celebración del IV Centenario de El Quijote, realizando en Lanza en astillero: El caballero Don Quijote y otras sus tristes figuras, de la Editorial Sins Entido, un capítulo de la obra de Cervantes.

Por todo lo que os acabo de contar, es fácil pensar que una de las cosas que más ilusión me hizo en el último Saló del Cómic de Barcelona fue conseguir las dedicatorias de Luis Durán. Allí estaba yo, impaciente, dando vueltas alrededor del stand de Dolmen, antes del horario previsto para iniciar la sesión de firmas, como una niña con un juego nuevo para su PSP, con mis álbumes entre las manos, esperando a que llegara.


Y llegó con un rotring y un boli bic como únicas armas y empezó a dibujar en mi ejemplar de Atravesado por la flecha un personaje que no aparece en ese cómic: Lilyan-Madame Zanahoria, la niña que no para de hacer preguntas y lee Pinocho en Nuestro verdadero nombre. Si dejo de pensar en que ya me gustaría ya que fueran mías las dedicatorias que les hizo a Giuseppe, a Edu y a Pili, tengo que reconocer que ésta es mi favorita y no sólo porque fuera la primera que me hizo.


Fue muy agradable verle dibujar mientras le "achuchábamos" pidiéndole más y más dedicatorias. Mientras llenaba de detalles las páginas te recomendaba la lectura de Caballero de Espadas, su mejor libro hasta el momento, o te preguntaba ¿ya te he dibujado un coche?, el coche de El viaje de Gasparetto que acabaría dibujando para Edu mientras yo buscaba el regalo de Pili para el día de Sant Jordi. Sin pensármelo dos veces elegí Antoine de las tormentas (era de piratas y a ella le encantan los piratas), pero si algo me decidió a comprarlo fue leer las primeras líneas: “Podría comenzar diciéndoos que desde que nací la mano del destino fue contra mi persona. Y que a lo largo de mi extraña existencia mis actos no hicieron sino completar un desastre ya de por sí natural. También podría deciros que desde que llegué al mundo, aquí en Saint-Domingue, mi vida fue una oscura tormenta. Pero comenzaré diciendo solamente que mi madre se llamaba Irene… … que en griego significa paz”. Claro que estuve segura de haber acertado de lleno cuando me acerqué a conseguirle una dedicatoria y Luis, después de preguntarme para quién era y responderle yo que era un regalo para mi amiga Pili, me recomendó que lo leyera primero, “porque era un buen libro”. Y vaya si lo es.


De todas formas, el que tuvo más suerte fue Giuseppe: le pidió un dibujo de indios y tipis para su ejemplar de Caminando por las colinas de arena, y Durán, pródigo en detalles, le llenó la página de tipis y cerros testigo mientras le decía "hacer tipis es fácil, es como dibujar una camisa, ¿vés?". Al acabar, Nube-que-toca-las-estrellas llevaba en su mano una simbólica manzana. Y es que "las manzanas son importantes”, ¿sabéis?, “porque con ellas la muerte entra en todos los paraísos".

4 comentarios:

Corominas dijo...

Pues para ser una neófita en la materia, has hecho uno de los retratos más ajustados que he leído nunca de Luis Durán :-)

Creo que Durán es el mejor guionista con el que contamos ahora mismo: tiene un mundo propio y domina como pocos el arte de contar historias. Sus dibujos son también estupendos y, encima, es de lo más prolífico ¿se puede pedir más?
Bueno, sí... que editen pronto el "Volátil".

Susana dijo...

Pues sí, Luis Durán escribe unas historias preciosas, de esas que no te dejan para nada indiferente. Yo también espero ansiosamente que editen pronto “Volátil”, sobre todo después de ver su avance.
Muy interesante tu blog. Estaremos pendientes de la publicación de tu adaptación al cómic del Retrato de Dorian Gray (hemos visto ya alguna que otra ilustración/página en algún blog que hablaba de tu reciente visita a Pizarra). Oscar Wilde también es uno de mis escritores favoritos.
Por cierto, EduXavi lleva dos años persiguiéndote por “Unicómics y Salons” para conseguir una dedicatoria para su “Dontar”.
Un saludo.

Corominas dijo...

Dile a EduXavi que no sólo le haré un dibujo; también le diré cómo termina "Dontar" X-D

Gracias por visitarme de vez en cuando, Susana ;-P

Susana dijo...

EduXavi no puede estar más de acuerdo. Sólo faltará poner lugar, día y hora…
Y, naturalmente, aprovecharemos la coyuntura para que me dediques tu adaptación de El Retrato de Dorian Gray. Por cierto, ¿para cuándo está prevista su publicación?