lunes, agosto 04, 2008

SUPERHÉROES “DE AUTOR” EN PANTALLA

Artículo de Ignacio Armada Manrique en el ABCD. Las Artes y las Letras, donde hace una reflexión personal de lo que ha significado para las productoras, los críticos y el público en general la irrupción de personajes del mundo del cómic adaptados al séptimo arte en películas taquilleras con altos presupuestos.

La evolución de la cultura, por encima de sus logros, puede calibrarse aún mejor por el desarrollo de sus prejuicios. En el terreno de medios populares, como pueden serlo el cine o la historieta gráfica, este efecto se multiplica al disponer el lector o espectador de recursos accesibles para expresar con egotismo enfático sus opiniones y preferencias. Así, el desarrollo del aprecio crítico, más que en ninguna otra disciplina artística, está siempre muy condicionado por simpatías o fobias fruto de lo arbitrario o lo accidental.

En remotas eras en que personajes de cómic comparecían sólo de tarde en tarde en la gran pantalla, con presupuestos ridículos y realizaciones casi en paralelo, el respetable les atribuía la bendición de las buenas intenciones, e incluso posteriormente se han recuperado con la justificación de lo camp, lo pop, lo naïf y la memoria sentimental. Desde que las majors se interesaron en el mundo superheroico, sin embargo, estas creaciones disponen de un público mucho más numeroso y un desprecio crítico más enconado. De hecho, los críticos no suelen ni siquiera pronunciarse sobre estas películas, más que dando a entender que el consumidor ya es muy consciente de la clase de espectáculo que se trata, y evitando con ello tener que moverse por un terreno que, en el fondo, pocos plumillas conocen.

Sin embargo, en los últimos años se está experimentando un cambio en un doble sentido: por una parte, las grandes productoras han entrado a saco en el baúl de los tebeos, adaptando todo y a tutiplén, llegando a saturar las pantallas, por no decir agredir culturalmente con un solo modelo de fuente gráfica (lo superheroico). Por otra, el juego se ha sofisticado, y entre versiones llamativas de dramaturgia esquemática se han introducido productos que pretenden otorgar mayor empaque a las adaptaciones de clásicos de esa fuente gráfica. No nos engañemos: si hay un cómic simplista por definición es el protagonizado por héroes en mallas, e incluso en el terreno de las tiras de prensa legendarias, cuanto más se acercan a esas lindes, más insultantemente ingenuas resultan (verbigracia, El hombre enmascarado)
”.


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Un saludo cordial.

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