martes, mayo 07, 2013

NOVEDAD EDITORIAL: "SUPERMAN: LA CREACIÓN DE UN SUPERHÉROE" DE DAVID HERNANDO

En plena vorágine por la celebración del 75 aniversario del nacimiento del Superman de Siegel & Shuster y el próximo estreno en junio del film Man of Steel de Zack Snyder, la Editorial Timun Mas sacará a la venta en junio de 2013 el libro Superman: La creación de un superhéroe de David Hernando.


Superman: La creación de un superhéroe
David Hernando
Rústica con solapas. 14 x 22,5 mm 296 páginas.
PVP: 15 €


¿Crees que sabes quién es Superman? Más allá de Clark Kent, Metropolis, Smallville, Krypton o el Daily Planet, Superman es la historia de Jerry Siegel y Joe Shuster. La auténtica identidad del Hombre de acero es la de dos jóvenes que vivieron un sueño y lucharon por él hasta verlo convertido en realidad. Este libro cuenta cómo lo consiguieron, hasta dónde llegaron y lo mucho que perdieron.

Superman: La creación de un superhéroe revisa los primeros 75 años de vida del personaje: los relatos que le dieron forma, el contexto histórico y las personas tras su desarrollo. Desde los primeros cómics a las tiras de prensa, de los seriales de animación a las películas multimillonarias, de un personaje de tebeo a un icono cultural, la historia detrás del último hijo de Krypton es tan fascinante como la del cómic que sale mes a mes.


Superman no sólo es uno de los más longevos y populares personajes de ficción, con él se inicia un nuevo género literario que ha atraído a millones de personas en todo el mundo. Un icono de semejantes dimensiones sólo puede ser entendido conociendo los detalles que lo llevaron a ser lo que hoy es. Ésta es su historia.


Prólogo - Volar, tal vez soñar

Capítulo Uno (1938 -1948) - El reinado del superhombre

Capítulo Dos (1948 -1970) - Regreso a Krypton

Capítulo Tres (1970 -1986) - Creerás

Capítulo Cuatro (1986 -1999) - La historia del siglo

Capítulo Cinco (1999-2011) - El Hombre del Mañana

Bibliografía



FRAGMENTO EXTRAIDO DE:
CAPÍTULO UNO (1938-1948) EL REINADO DEL SUPERHOMBRE


«Bueno, al menos así se publicará». Siegel repite esas palabras una y otra vez antes de firmar. Intenta convencerse a sí mismo de que es una buena opción. Shuster no aparta la vista de la mesa de dibujo. A él solo le interesa dibujar. Ni entiende ni quiere entender los tejemanejes bu­rocráticos que suponen ceder su creación a una editorial. Eso se lo deja a Siegel, al que considera mucho más despierto que él en esos asuntos. Lo que no sabe es que su compañero también tiene dudas. No puede reprimir la sensación de que debería revisar más lo que está a punto de entregar a DC. La editorial le ha ofrecido un acuerdo por diez años que consiste en un sueldo de diez dólares por página a ambos, así como 130 dólares por la propiedad legal de Superman. Para dos jóvenes de apenas 20 años, en medio de un barrio judío de Cleveland en plena Depresión de los años 30, ese dinero es una bendición directa del cie­lo. Y lo mejor de todo: lo van a recibir gracias a su gran creación. Las dudas que Siegel pueda tener se desvanecen al pensar en la ilusión que le provocará ver sus ideas publicadas, imaginando a la vez un futuro de fama y riqueza. Ambos firman el acuerdo y lo entregan a DC Comics. Al fin y al cabo, se dice a sí mismo, así es como funcionan las cosas.

28 de septiembre de 1938. Vin Sullivan, editor de Action Comics, les espera con los brazos abiertos. En cuanto Siegel y Shuster entran por la puerta principal de DC, todo son bienvenidas, apretones de manos y más gestos de amabilidad. En la editorial tienen muy claro que el motivo de su éxito reside en la creación de estos dos jóvenes, más ahora con las cifras de venta sobre la mesa. De entre todas las colecciones que publican al mes, las que mejor funcionan son las que venden entre un 55% y un 60% del total de la tirada. Action Comics vende entre un 85 y un 90%. La tirada inicial de Action Comics 1 fue de 200.000 ejempla­res, de los que se vendieron 130.000, es decir, un 65%, bastante bien para una nueva colección. Al ver semejante demanda, DC aumenta la tirada y para el número 16 se imprimen 725.000 ejemplares, de los cuales se vende el 87%, lo que supone un éxito todavía mayor para la época. Los datos hablan por sí solos y no pueden hacerlo más claro.

El recibimiento es sobrecogedor mientras Siegel y Shuster toman asiento en el despacho de los editores. Hablan de ventas; de Superman y sus poderes, con más explicaciones seudocientíficas sobre el origen de los mismos; de la colaboración entre ambos, y muchas cosas más. Sullivan no puede esperar y les transmite la gran noticia: el McClure Syndicate está impresionado con el éxito de Superman y quieren pu­blicar una tira de prensa con él como protagonista. El sueño de Siegel y Shuster se cumple por fin. Llevan desde mediados de los años 30 con la ilusión de ver a Superman publicado en prensa y ahora les ha llegado el momento. La alegría es doble cuando Donenfeld les asegura que recibirán el 50% de los beneficios como pago, lo que demuestra la can­tidad ingente de dinero que el personaje está generando y todo lo que va a conseguir a partir de ahora. Aparte, DC ofrece a ambos autores un contrato laboral para producir cinco colecciones, incluido Superman, pero como colaboradores externos. Los dos seguirán en Cleveland y no entrarán a formar parte del equipo de redacción porque el trabajo ya funciona bien tal como está.

En el viaje de vuelta, Siegel está dubitativo. No comparte sus in­quietudes con Shuster a sabiendas de que a él estas cosas le dan igual. A su compañero solo le interesa dibujar y, ahora mismo, DC le ofrece esa oportunidad. Y encima muy bien pagado. No tiene motivo de queja pero Siegel está inquieto. Recuerda el contrato de los diez dólares por página que firmó a principios de año. Es una buena suma pero visto el bienestar en el que está sumergido DC, no puede evitar la sensación de que podría ganar algo más... de que podría pedir un aumento de suel­do. Al llegar a casa, Shuster se pone a dibujar mientras Siegel prepara el guión de la tira de prensa. Cuando va por la mitad, se para y piensa en la idea del aumento. Está decidido. Va a pedirlo. Aparta a un lado el guión y se pone a escribir una carta a Jack Liebowitz.

Un saludo cordial.

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